Una realidad que parece salir de la mismísima película "Mundo Jurásico". Una investigación que podría cambiar para siempre todo lo que se conoce en el mundo de la moda. Algo que sería la fantasía de chicos y grandes disponible en un cambio de ropa.
Un grupo de matemáticos se han puesto la camiseta (y los pantalones bien fajados) para diseñar el material que te pondrá literalmente en la piel de un pulpo. Así como has leído ¡En la piel de un pulpo!
¿Pero qué tiene de especial la piel de esta criatura tan singular?
Los pulpos pertenecen a una clase de invertebrados marinos llamados cefalópodos. Y como tal vez ya sepas, no están solos. El gran club que compone estos moluscos incluye desde luego: calamares, nautilos, sepias y jibias.
Además de tener un sabor exquisito al cocinar estas delicias marinas al mojo de ajo o en su tinta, también poseen en su cuerpo unas células muy especiales que les permiten imitar a los grandes maestros del escapismo humano (en realidad son los humanos los que aprendieron tal maestría de los moluscos). Conocidas como cromatóforos, estas células se ubican sobre la piel del pulpo conocida como manto (no confundir con el mantel de cocina o.0). Los cromatóforos se contraen o expanden jugando con la luz que reflejan y, por lo tanto, modificando la forma en que se percibe la superficie en la que se encuentran. Puede cambiar de color como camaleón y/o de textura como un calcetín lavado lleno de pelusas. Es el mecanismo de camuflaje definitivo que la naturaleza ha diseñado. Tal es la razón por la que estos moluscos pueden esconderse de la percepción de sus depredadores.
Los investigadores del Departamento de Matemáticas de la Universidad de Bristol, utilizando las matemáticas (ya ven, para todo son útiles) diseñaron un modelo matemático de un sistema de generación de patrones biomiméticos, o dicho de otro modo, han dado con la receta para crear ropa cuasi-invisible.
Terminado todo el modelaje, prosiguieron a plasmarlo en la vida real utilizando un elastómero dieléctrico electroactivo (pensar que esta es la tela) para hacer una piel artificial inteligente, suave y que copia las características de su contraparte natural, los cromatóforos. Para logarlo el material debe recibir una estimulación eléctrica, lo que permite que adopte varios patrones dinámicos.
El reto final consiste en diseñar un producto de uso práctico que responda adecuadamente y al instante en varias situaciones en las que se requiera las extraordinarias capacidades de camuflaje que han logrado diseñar.
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