Tener un apetito enorme y las ganas irresistibles de comer: pasteles, chocolates, dulces, grandes rebanadas pastel con jalea de limón; DELICIOSOOOOO. Comprar caramelos pensando en lo sabroso de su sabor. Sentir como se disuelven en tu boca ¿O qué te parece una hamburguesa doble con queso y mucha cátsup?, ¿no se te antojo? Y pensar que todas estás reacciones fisiológicas son controladas en el cerebro. Los investigadores de la University of Waterloo en Canadá lo saben, y recientemente realizaron una investigación muy curiosa.
A 21 mujeres jóvenes participantes, seleccionadas por su gran deseo de comer chocolates y patatas fritas (alimentos que poseen una cantidad considerable de calorías, 4 kcal/g para azúcares y 9 kcal/g para grasas) les mostraron imágenes de comida muy apetecible para despertar su antojo. Posteriormente aplicaron un estimulo electromagnético llamado "estimulación tetha-burst" (TBS) en la corteza prefrontal dorsolateral (DLPFC).
¿Qué fue lo que paso después?
Pues después de estimular sus cerebros, su deseo de chocolate y papas llenas de grasa sabrosas aumento muchísimo, deseando consumir esos alimentos más apetecibles cuando se les dio de comer que los que contenían menor cantidad de calorías. Al parecer la estimulación de DLPFC para disminuir su actividad provoca una menor capacidad para resistir la tentación de comer alimentos, muy sabrosos, pero con mucha grasa y azúcar.
Lo anterior es evidencia de la participación de DLPFC en el antojo de los alimentos de alta densidad calórica. Las personas con una función ejecutiva débil poseen menor autocontrol para el consumo de estos alimentos, lo que induce una mayor probabilidad de presentar obesidad. Acciones encaminadas para cuidar y mejorar las funciones de la corteza prefrontal ayudarían a combatir la obesidad y las enfermedades relacionadas como: diabetes, hipertensión, caries, estreñimiento, etc.
"Mente sana en cuerpo sano" , mientrás me como una papa frita.
Link del artículo científico:
Muy interesante!!
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