Friedrich August Kekulé von Stradonitz fue un químico especializado en Química orgánica que un buen día (o mejor dicho una noche) soñó con la ansiada respuesta que por días le había inquietado. Su mente estaba tan absorta en resolver el problema que poco a poco sus ideas eran menos claras. El quería definir apropiadamente la estructura molecular del benceno. Hace años se conocía muy bien su formula empírica; sin embargo, su representación estructural era aún un misterio. Todo su trabajo tenía soluciones fragmentadas, indicios de la posible forma que no era capaz de ordenar hasta que paso algo inesperado...soñó, y soñó con átomos bailando. Danzaban como en un una fiesta, como un gran espectáculo girando a su alrededor y entonces, frente a él, una serpiente mordió su propia cola. Despertó y durante todo el día meditaba el extraño sueño que había tenido. Pensó que debía existir alguna clase de relación entre lo que le ocupaba y lo que había soñado. Tomo sus documentos de estudio, reviso, indago y finalmente comenzó a ordenar todo lo que ya había hecho. Fue así como logró dilucidar la estructura cíclica del benceno.
Este sueño que tuvo Kekulé se asemeja a un auroboros (un animal con forma de serpiente mordiendo su cola) que representa el eterno ciclo y dualidad de las cosas; como todo vuelve a su origen y el final es solo el comienzo de algo nuevo ¿Será acaso que kekulé en algún momento observó esta representación y esa semilla quedo oculta en su cabeza? Después de mucho trabajo y, por supuesto, de unas merecidas horas de descanso, en sueños su cerebro le dio forma a su conocimiento previo para poder descubrir lo que tanto daba vueltas en su cabeza.
Ejemplos como el anterior se repiten constantemente en toda la historia. Personas que sueñan la anhelada respuesta. No por nada existe el famoso refrán "Antes de hacer nada, consúltalo con la almohada". Parece que al dormir podemos ordenar mejor nuestros pensamientos para tomar la mejor decisión.
¿Pero qué es lo que ocurre al dormir?
En primer lugar es necesario saber que un ciclo de sueño se divide en 5 fases. Las cuatro primeras corresponden al sueño lento (o no-REM) y la última al sueño paradójico (REM).
En la primera fase (adormecimiento) el cuerpo se prepara para pasar de un estado de vigilia al sueño ligero. El cuerpo comienza a relajarse y a veces suelen presentarse alucinaciones hipnagógicas en las que se escuchan, ven y se sienten diferentes sensaciones. Algunas personas incluso pueden presentar parálisis en esta fase, que muchas veces se mal interpreta como una experiencia sobrenatural (cuando se te “sube el muerto” o cuando piensas estar bajo el control de alienígenas que te tienen paralizado).
En la segunda fase, la del sueño ligero, el cuerpo ha entrado un estado de relajación profunda. El ritmo cardiaco y respiratorio tienden a un mínimo que en ocasiones pone en alerta al cerebro para sobresaltar el cuerpo. He ahí la razón de las sacudidas musculares repentinas que se tienen inesperadamente al dormir ¡Pareciera que uno cae de la cama!
En la fase tres, el tono muscular disminuye aún más y se comienza a entrar a un estado de sueño muy relajado, preparando todo el cuerpo para la fase cuatro (sueño profundo) donde finalmente se ha alcanzado la relajación óptima. En esta parte será complicado despertar por los estímulos externos y el organismo se encuentra en condiciones ideales para los procesos de reparación celular.
Es precisamente la ultima fase del sueño lento la que determina si el cuerpo alcanzará el máximo de reparación posible al dormir. Si se interrumpe o es incompleta genera la sensación de haber dormido mal. ¿Alguna vez has despertado sintiendo que un tren te arrastró?
Y en cualquier momento la actividad eléctrica del encéfalo aumenta como si se estuviera despierto. Los ojos comienzan a moverse rápidamente de un lado a otro, presentándose contracciones musculares ligeras ocasionalmente. Se ha entrado en fase de sueño paradójico, el mundo de los sueños.
Estas 5 etapas se repiten constantemente completando de 4 o más ciclos por noche.
Y no se puede olvidar a las famosas parasomnias que interfieren con este ciclo. Estos trastornos del sueño llegan a afectar a muchas personas. Ejemplos de estas son: hablar dormido, el sonambulismo, rechinar los dientes al dormir, entre otras. Se deben a múltiples causas, depende el problema y su duración. El estrés producto del exceso de trabajo, miedos, preocupaciones o violencia, por ejemplo, desencadena episodios de sonambulismo, terrores nocturnos y somniloquía (hablar dormido), que presentan durante la transición de la fase 3 a la 4; llegando la última a ocurrir también en la fase REM.
Por eso es tan importante llevar una vida sosegada y dormir bien. El proceso del sueño permite al cuerpo descansar y recuperarse de un día de actividad. La células se reparan, los procesos de desintoxicación y eliminación de residuos mejora, el sistema linfático aumenta su acción y el cerebro organiza los recuerdos y consolida lo aprendido en el día.
En "Sueño de Raphaella" puedes divertirte un poco indagando en el misterioso mundo del sueño. Reconocer las características de las diferentes fases del sueño y descubrir los fragmentos que te cuentan diferentes anécdotas. Si eres de los que gusta de descifrar simbolismos, analogías y "desfragmentar" recuerdos, esta historia te encantará.
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