El cáncer es una enfermedad terrible y muy demandante que actualmente se ha convertido en un epidemia de alcance mundial.
Según datos de la OMS:
- Es una de las causas principales de mortalidad a nivel mundial. En los países del primer mundo el cáncer es la segunda causa de muerte después de las enfermedades cardiovasculares. Más de la mitad de los casos de cáncer se desarrollan en países en vías del desarrollo (naciones de África, Asia, América Central y Sudamérica).
- Se prevé un aumento mundial de la mortalidad por cáncer en un 57% en los siguientes 20 años y podría elevarse este porcentaje.
Y las razones que involucran su aparición son variadas. Cualquier condición que dañe el ADN de nuestras células es potencialmente una causa de cáncer. Se puede considerar a la radiación ionizante, sustancias naturales como las micotoxinas producidas por varios hongos en cereales y leguminosas, la obesidad o el sobrepeso, sustancias sintéticas como la ftalatos empleados en la elaboración de: esmaltes de uñas, cosméticos, adhesivos, pinturas, juguetes, etc (países como EU tienen un control estricto de los niveles permitidos de estas sustancias o incluso las prohíben en muchos productos como el caso de los juguetes para niños ; sin embargo, en otros países no ocurre lo mismo); y también a todas las sustancias que respiramos diariamente que son liberadas por obra del hombre al aire. Sin lugar a duda es un problema más grave de lo
que te puedes imaginar.
Los tratamientos para combatir este problema, como la quimioterapia, poseen efectos
secundarios tan severos que representan una fuente de estrés muy alta
para el paciente, dejando secuelas en muchos casos muy graves.
¿Qué se podría hacer para mejorar estos tratamientos?
Recientemente un estudio publicado en el Journal of Parenteral and Enteral Nutrition (JPEN), nos muestra una combinación esperanzadora.
En el estudio se contó con la participación de 50 personas que padecen cáncer pancreático avanzado (uno de los más agresivos y dolorosos). Se les suministró gemcitabina (un análogo de nucleósido usado en la quimioterapia para diferentes tipos de cáncer) con una dosis de una emulsión rica en ácidos grasos omega-3 (que se ha demostrado que posee efecto anticancerígeno. Los resultados después de semanas de tratamiento indicaban un aumento en la efectividad de la quimioterapia y reducción en la severidad de los síntomas secundarios. En términos generales el tratamiento mejoró la calidad de vida de los pacientes.
Estos resultados tan buenos han motivado a los investigadores responsables para continuar las siguientes fases de estudio in vivo pertinentes.
¡Nunca hay que perder la esperanza...aún cuando ya ni eso se posea!
Link al "paper" acerca de este gran avance:
Link a un "paper" acerca de la acción antitumoral de los ácidos grasos omega-3 (texto completo):
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